jueves, 6 de diciembre de 2007

Cuento de Rosario Breide Obeid

Un cuento fantástico


“El príncipe Zachary”


Alumna: Rosario Breide Obeid

Un día, en el castillo del rey y la reina “Montéz”, vivía una linda princesita (su hija) llamada Luciana. Ella era muy linda, simpática, encantadora y soñadora. Su mejor amiga era un pony llamada Lola. Era muy linda, su cabello era de color púrpura y tenía alas de color transparente.
Todas las noches, Luciana, soñaba con el apuesto príncipe del que se enamoró, él era el hijo mayor de los reyes “Evans” que eran los reyes de un pueblo muy cerca de allí. El príncipe se llamaba Zachary.
El, también estaba enamorado pero de una princesa llamada Agostina. Ella era la chica más linda que el príncipe pudo haber visto en su vida.
Agostina había perdido a su padre en una batalla contra unos duendes Irlandeses que habían ido a atacar a su pueblo. Sin embargo, Luciana era amiga de Agostina, pero estaba un poco celosa de ella.
La madre de Agostina se llamaba Anastasia, ella era muy mala, lo único que le importaba era que si hija se casara con el príncipe para obtener el trono. Un día el príncipe Zachary le pidió matrimonio a la princesa Agostina.
Cuando llego el día de la boda la madre de Agostina pensó en meter un veneno llamado “Venadorador” y le dijo a su hija: -No comas nada de lo que halla en el banquete ni siquiera el pastel- Agostina le pregunta:-¿Por qué?-
Anastasia le contesta:-Porque te vas a ver muy gorda y porque eres la principal en esta boda y no quiero que te veas fea.-.Pero esa no era la verdad, la verdad era que le iba a poner veneno a la comida, sobretodo al pastel, para poder apoderarse del trono. Pero cuando Anastasia estaba por tirar el veneno apareció Luciana y la descubrió.
A la hora de la cena, Luciana (quien fue insultada) dijo:- ¡nadie coma nada! Todos se quedaron como estatuas y soltaron lo que estaban por comer. Luego dijo: - Hoy antes de que todos vengan yo vi a Anastasia tirarle veneno a la comida para apoderarse del trono. Anastasio gritó:- ¡no le crean esta mintiendo! Entonces Luciana le dio un pedazo de pastel para que se lo comiera. Entre todo eso Agostina pensó lo que le había dicho su mamá y dijo:- ¡Alto mamá si tu le metiste veneno a la comida por eso no querías que comiera!
Todos quedaron sorprendidos.
El príncipe se dio cuenta de lo inteligente que era Luciana y le pidió matrimonio.
Luciana y el príncipe se cazaron y vivieron felices para siempre.

Lección del príncipe:
No se eligen a las personas por ser bellas, sino por lo que son.

FIN.

2 comentarios:

Josefina dijo...

Rosario, tu cuento es hermoso y que lindo mensaje tiene!
Un beso de Jose

Anónimo dijo...

Jose:
Gracias!!!
Aunque el mensaje sea verdad suena un poco... jajajajaja!!!
Un beso.
Rosario Breide.